Aunque parezca increíble, la eyaculación precoz puede surgir en cualquier momento de la vida de un varón, desde la pubertad hasta la edad senil, el hombre está expuesto a esta problemática que afecta su normal desempeño sexual y puede generar graves crisis psicológicas si se hace persistente.
A continuación te enunciamos los 7 principales sentimientos negativos que genera la eyaculación precoz, de no ser atendidos pueden ahondar el padecimiento y evitar que el hombre busque una ayuda oportuna que le permita superar su traumatismo.
1. Angustia.
La precocidad en la eyaculación, ya sea leve, moderada o severa, genera diversos sentimientos negativos que afectan la calidad de vida del hombre que la padece. El primero en sentirse es la angustia.
Ese estado de intranquilidad o inquietud intensa se convierte en un verdadero calvario para el varón, especialmente si enfrenta su primera cita o busca satisfacer a una persona que para él es muy importante.
La angustia a su vez deriva en estados de pánico intensos que afectan la vida sexual del hombre, cuando observa que su problema de eyaculación precoz no le permite satisfacerse ni satisfacer a su pareja.
2. Incertidumbre por Enfermedad.
Muchos hombres, varios especialistas afirman que quizás todos, han padecido de eyaculación precoz en cualquier etapa de sus vidas. Cuando esto sucede, las causas pueden ser más psicológicas que físicas y son superables mediante diversos tratamientos caseros y terapias psicológicas.
Pero, cuando el problema se convierte en un padecimiento de Grado I, II o III, entonces el varón empieza a sentir incertidumbre debido a que ésta afección puede estarse presentando como consecuencia de una enfermedad o de los efectos que producen los medicamentos con que está tratando su otra enfermedad.
La incertidumbre origina sentimientos de tristeza, desolación, impotencia y desprotección, pues no puede determinar con exactitud como superará los síntomas de la eyaculación precoz.
3. Traumatismos Emocionales.
Cuando aparecen la angustia, el pánico, la incertidumbre, la tristeza, la desolación, la impotencia y la desprotección; el varón empieza a desarrollar en su interior los primeros síntomas que evidencian traumatismos emocionales.
Se hace más retraído, más sumiso, quizás más dependiente de la persona que está junto a él, empieza a experimentar fuertes crisis nerviosas, de celos y otros problemas que requieren un tratamiento especializado.
4. Ansiedad.
Como ya no puede controlar los impulsos que le genera el problema arraigado de la eyaculación precoz entonces empieza a crear estados de ansiedad, caracterizados por inquietud constante, subvaloración del “yo mismo”, etapas de excitación intensa e inseguridad extrema.
En estos momentos, el hombre ya no solo afecta su calidad de vida sexual sino que también empieza a afectar sus relaciones laborales, sociales, familiares, religiosas, etc.
5. Depresión.
Si no ha encontrado una solución eficaz para su problema de eyaculación precoz entonces a los períodos de ansiedad sobrevienen fuertes períodos de depresión en donde se manifiestan estados de decaimiento anímico y tristeza profunda, pérdida de interés por gran parte de las actividades que realizaba en su vida, muestra una baja autoestima y está aún más expuesto a una manifestación violenta de su yo interno.
6. Culpabilidad.
Este sentimiento negativo se genera desde el primer momento en que sufre de precocidad en su eyaculación, pues siente que no puede satisfacer en debida forma a su pareja. Pero con el paso del tiempo, ese sentimiento de culpabilidad puede ser un detonante para generar manifestaciones agresivas como los ataques de celo hacía su pareja, el maltrato o violencia intrafamiliar.
Esto se da porque el hombre considera que él es el culpable y que su pareja tiene que apoyarlo. Esto innegablemente es cierto, pero cualquier negativa o reclamo de la pareja se convierte en un elemento de choque debido a los sentimientos negativos que está guardando en su interior y la culpabilidad pasa a convertirse en odio, venganza y rencor.
7. Estrés.
Se presenta cuando la eyaculación precoz es incontrolable. El hombre se siente cansado, presionado, obsesionado y con un alto grado de exigencia por su problema sexual. Se acrecienta cuando la pareja exige y exige, pero no apoya en cada a su varón para que supere su problemática.
Este sentimiento puede ocasionar problemas físicos y desórdenes mentales, que entrarán a acrecentar la problemática y además afectarán notoriamente su calidad de vida, en especial si padece de cualquier otra enfermedad.
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